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26 abr 2019

Opel celebra 120 años poniendo innovaciones al alcance de todos a través de sus vehículos más icónicos

Opel celebra 120 años poniendo innovaciones al alcance de todos a través de sus vehículos más icónicos

Madrid. Actualmente, Opel es perfectamente identificable en todo el mundo gracias a valores de marca como la emoción, la accesibilidad y su carácter alemán. Sin embargo, este privilegio no se ha conseguido gracias a la publicidad y la mercadotecnia, sino que es el resultado de 120 años de trabajo en pos de un claro objetivo: que las innovaciones estén al alcance del mayor número posible de personas. Gracias a esta voluntad por implementar las últimas tecnologías en sus productos y servicios y ponerlas al alcance del público más amplio, a lo largo de la historia Opel ha conseguido dar en la diana en numerosas ocasiones, popularizando modelos hasta convertirlos en verdaderos iconos de la automoción y auténticos fetiches para el gran público, contagiado por la pasión que identifica a la marca alemana.

‘Doktorwagen’. Tras comenzar su andadura como fabricante de máquinas de coser, el 21 de enero de 1862, de ponerse a la vanguardia de fabricación de bicicletas a partir de 1886 y de lanzarse a la aventura de fabricar coches, con la fundación de Opel Automobile GMBH el 21 de junio de 1899, Opel arrancó el siglo XX lanzando vehículos de dos y cuatro cilindros que consiguieron hacerse un hueco en el incipiente mercado automovilístico europeo. Sin embargo, fue en 1909 cuando la marca comenzó a cautivar al público con pequeños modelos como el ‘Volksautomobil’ y el icónico Opel 4/8 PS, conocido por todos como el ‘Doktorwagen’. Construido como un vehículo a la medida de las clases medias, era un biplaza moderno, ágil y ligero, perfecto para realizar pequeños y rápidos desplazamientos, que fue adoptado por numerosos médicos rurales para realizar visitas a domicilio (de ahí su apodo). Sus precios populares y sus innovadoras prestaciones convirtieron a este resuelto vehículo, sencillo, increíblemente fácil de usar y el primero en llevar la firma de Opel en su radiador, en todo un éxito entre sus coetáneos.

Opel Olympia. El Salón del Automóvil de Berlín de 1935 fue el escenario en el que Opel presentó su primer vehículo de posguerra, el Opel Olympia, llamado así en honor a los Juegos Olímpicos de Berlín que se celebrarían un año más tarde. Este compacto, que pasaría a la historia como el primer coche alemán producido en masa a partir de un chasis unificado de acero, consiguió tal éxito entre los conductores que volvió a ser fabricado en otros dos periodos: entre 1947 y 1953, y, de nuevo, entre 1967 y 1970. La reducción de peso conseguida por su innovadora tecnología monocasco, que obligó a la marca a adoptar métodos de producción y materiales inéditos hasta entonces, le llevó a convertirse en un auténtico superventas, con más de 168.000 unidades fabricadas entre 1935 y 1940.

Opel Admiral. Dos años después de la presentación del Olympia, el Salón del Automóvil de Berlín volvió a acoger un innovador modelo de Opel destinado a convertirse en todo un icono para varias generaciones de apasionados de los automóviles. El Opel Admiral, nacido para dar la réplica a los coches de lujo de otras marcas alemanas, pero a un precio significativamente menor, disponía de un potente motor de seis cilindros que le proporcionaban una potencia máxima de 75 caballos, suficiente para lanzarle a velocidades de hasta 132 kilómetros por hora. Sin embargo, una de sus más sorprendentes innovaciones fue su excepcional autonomía, con un depósito de 70 litros, que le permitía recorrer rápidamente hasta 400 kilómetros sin parar a repostar. Además, se descubrió como coche versátil gracias a sus múltiples carrocerías, desde limusina de seis plazas a cabriolet 2+2, lo que le convertiría en todo un clásico desde el mismo momento de su lanzamiento. Entre 1937 y 1939, antes del inicio de la guerra, Opel fabricó 6.404 unidades de este modelo, haciéndose con aproximadamente el 25% del mercado de automóviles de lujo en Alemania. Al igual que el Olympia, el Admiral tendría dos nuevas vidas, entre 1964 y 1968 y entre 1969 y 1977, como compañero inseparable de otros dos modelos icónicos de la marca: el Kapitän y el Diplomat,

Opel GT. En 1968, el Experimental GT, primer concept-car realizado por una marca automovilística en Europa, se convirtió por fin en un vehículo de producción bajo la denominación Opel GT. Este biplaza de 4,11 metros de longitud nació para revolucionar el mundo de los cupés deportivos gracias a su perfil afilado y a sus seductoras curvas, que marcaron una época, definieron las líneas a seguir por los carroceros futuros y aún continúan provocando suspiros entre los amantes de los deportivos. Con sus suaves líneas y faros retráctiles, el Opel GT, diseñado por Erhard Schnell, fue un modelo absolutamente distinto a los fabricados hasta entonces por la marca, convirtiéndose en todo un éxito, tanto en la calle como en la competición, que se mantuvo en producción hasta 1973, con más de 100.000 vehículos vendidos.

Opel Manta. El legendario Opel Manta A fue presentado en 1969, seguido, un año más tarde, por su versión cupé deportiva, también con un precio muy ajustado y competitivo. El Opel Manta, que surgió como una respuesta europea al exitoso Ford Capri, consiguió vender más de un millón de unidades entre 1970 y 1988. Desde su nacimiento, los diseñadores de Opel sintieron que este cupé deportivo, que también debía defender los colores de la marca alemana en competición, tenía que ser especial, por lo que George Gallion, máximo responsable de diseño exterior en Opel por aquel entonces, viajó expresamente a París para visitar al biólogo marino Jacques Cousteau y que le explicara todos los secretos de las mantas y las rayas. El resultado fue un vehículo muy limpio en diseño, al estilo de los deportivos italianos, destinado a convertirse en santo y seña de Opel y en un icono de la deportividad durante las décadas de los 70 y los 80.

Opel Corsa. En 1982, coincidiendo con la apertura de la fábrica de Figueruelas, nació uno de los coches más emblemáticos de Opel, que de nuevo dio con la fórmula perfecta para satisfacer las necesidades de varias generaciones de conductores: el Opel Corsa, un coche pequeño, de 3,6 metros de longitud, con carrocería de tres o cinco puertas y forma de cuña, que presumía de tener el mejor coeficiente aerodinámico de su clase -0,36-, se convirtió en la respuesta definitiva para los nuevos retos que imponía la movilidad urbana de finales de siglo: desde la crisis del petróleo de la década anterior, los consumidores estaban reclamando coches más económicos y capaces de reducir significativamente el consumo de combustible. Con el toque de Erhard Schnell, diseñador del mítico Opel GT, el Corsa se presentó como un vehículo robusto, con muchos ángulos rectos y líneas claras y bien definidas que conquistó a conductores de todos los perfiles. Desde su introducción en 1982, en las plantas de Zaragoza (España) y Eisenach (Alemania), se han fabricado más de 13,6 millones de unidades del Corsa. La sexta generación está a punto de iniciar su producción y se podrá solicitar a partir de este verano.

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